SEMBLANZA
Rodrigo Díaz, el Cid nació hacia el año 1043 en Vivar, en la casa solariega de su padre Diego Laínez, infanzón castellano descendiente de Laín Calvo.
En 1058 pasa a educarse a Palacio con los hijos del rey Fernando I, a cuya muerte se produce la partición de sus reinos, entrando Rodrigo al servicio de Sancho, quien le nombra Alférez.
Vencedor en Pazuengos obtiene Rodrigo el título de Campeador y en lucha con el moro Hariz, el de Cid o “mi señor”.
Tras no pocos avatares históricos, es muerto a traición en Zamora, Sancho II en 1072, exigiendo el Cid al nuevo Rey, Alfonso VI, juramento en Santa Gadea de Burgos de que no había tomado parte en la muerte de su hermano.
En 1074 contrae matrimonio con Jimena, hija del Conde de Asturias, Diego Rodríguez y de Cristina, nieta que era de Alfonso V de León.
Apartado de la corte y enemistado con los nobles que habían apoyado a Alfonso, en 1081 es desterrado el Cid por el monarca, dejando a su esposa e hijos en el Monasterio de San Pedro de Cárdena.
A partir de entonces participa el Cid en muchas batallas al servicio del moro de Zaragoza, consiguiendo numerosas victorias contra cristianos y moros, aragoneses y catalanes. El peligro de la invasión almorávide hizo que el Rey le perdonara y una vez vuelto a Castilla le restituyó sus posesiones.
Más, de nuevo en 1089, y a causa de la batalla de Aledo, en Murcia, Rodrigo conoce un segundo y definitivo destierro que le acerca a Levante. El 15 de junio de 1094 entra en Valencia donde gobierna durante cinco años. Muere en esta ciudad en Pascua de Pentecostés, el 10 de junio de 1099.
Sus hijas contrajeron matrimonio con familias reales, Cristina fue desposada por Ramiro de Navarra y María por Ramón Berenguer III de Barcelona. Su único hijo varón, Diego, murió muy joven, en la batalla de Consuegra.
Enterrado El Cid en San Pedro Cardeña, sus restos sufrieron numerosos traslados hasta encontrar reposo definitivo con los de su esposa Jimena en la Catedral de Burgos en 1921.
Rodrigo Díaz, el Cid nació hacia el año 1043 en Vivar, en la casa solariega de su padre Diego Laínez, infanzón castellano descendiente de Laín Calvo.
En 1058 pasa a educarse a Palacio con los hijos del rey Fernando I, a cuya muerte se produce la partición de sus reinos, entrando Rodrigo al servicio de Sancho, quien le nombra Alférez.
Vencedor en Pazuengos obtiene Rodrigo el título de Campeador y en lucha con el moro Hariz, el de Cid o “mi señor”.
Tras no pocos avatares históricos, es muerto a traición en Zamora, Sancho II en 1072, exigiendo el Cid al nuevo Rey, Alfonso VI, juramento en Santa Gadea de Burgos de que no había tomado parte en la muerte de su hermano.
En 1074 contrae matrimonio con Jimena, hija del Conde de Asturias, Diego Rodríguez y de Cristina, nieta que era de Alfonso V de León.
Apartado de la corte y enemistado con los nobles que habían apoyado a Alfonso, en 1081 es desterrado el Cid por el monarca, dejando a su esposa e hijos en el Monasterio de San Pedro de Cárdena.
A partir de entonces participa el Cid en muchas batallas al servicio del moro de Zaragoza, consiguiendo numerosas victorias contra cristianos y moros, aragoneses y catalanes. El peligro de la invasión almorávide hizo que el Rey le perdonara y una vez vuelto a Castilla le restituyó sus posesiones.
Más, de nuevo en 1089, y a causa de la batalla de Aledo, en Murcia, Rodrigo conoce un segundo y definitivo destierro que le acerca a Levante. El 15 de junio de 1094 entra en Valencia donde gobierna durante cinco años. Muere en esta ciudad en Pascua de Pentecostés, el 10 de junio de 1099.
Sus hijas contrajeron matrimonio con familias reales, Cristina fue desposada por Ramiro de Navarra y María por Ramón Berenguer III de Barcelona. Su único hijo varón, Diego, murió muy joven, en la batalla de Consuegra.
Enterrado El Cid en San Pedro Cardeña, sus restos sufrieron numerosos traslados hasta encontrar reposo definitivo con los de su esposa Jimena en la Catedral de Burgos en 1921.