EL ATAJO
En una tarde fría de invierno veníamos mi hermana y yo, de la biblioteca .De estudiar para un examen muy importante qué teníamos al día siguiente. Y como la biblioteca estaba muy lejos decidimos coger un atajo. Y en ese atajo había una calle y en la calle había una casa extraña y aparentemente abandonada.
Cuando llegamos a casa nuestra madre nos dijo
-¿Qué os a pasado, porque venís pálidas?
-Nada, mama nada. La dijimos las dos.
Nuestra madre no le dio la menor importancia.
Entonces al día siguiente mi hermana y yo decidimos volver a la casa a ver de dónde venía la voz. Al llegar a la casa delante de la puerta .La abrimos , pero no nos costó nada más que empujarla y ya .Al entrar encendimos una cerilla y vimos una casa llena de polvo y telas de araña ,total como una casa abandonada. Luego al pasar al comedor oímos un ruido procedente de una de las habitaciones del final del pasillo. Fuimos para haya al principio nos dio mucho miedo, pero nos pica más la curiosidad de donde podría provenir el extraño ruido. Entramos a la habitación y vimos una sombra y nos asustamos .Pero primero preguntamos:
-¿Quién anda ha ahí?
-Hola. Nos dijo un chico con la ropa rota, muy sucio y maloliente.
Nosotras gritamos y el hombre nos dijo:
-Que no pasa nada, yo no me como a nadie.
-Entonces que hace usted ahí
-Yo solo lo único que hago es dormir aquí porque no tengo casa.
-Pues qué lugar más pésimo para vivir.
-Ya pero no tengo otro lugar a donde ir.
-Nosotras te podemos ayudar.
-¿Cómo?
-Nosotras conocemos una empresa que presta pisos a gente sin hogar.
-Y donde esa empresa –dijo el hombre entusiasmado.
-Ahí a la vuelta de la esquina, si quieres te acompañamos.
-Pues vale.
Al final nos dirigimos a la puerta del edificio. Y le dejamos ahí.
De vuelta a casa nos sentíamos orgullosas de haber hecho una buena acción.
Y recordaremos esta acción durante toda la vida.
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